Nuestro primer invierno como padres: lo que nos hubiese gustado saber

Una carta desde la experiencia, para acompañarte en esta etapa con amor y tranquilidad

 

Querida mamá, querido papá:

Si estás viviendo tu primer invierno junto a tu guagua, es muy probable que tengas mil preguntas rondando en la cabeza…

¿Cómo lo abrigamos? ¿Estará pasando frío? ¿Podemos salir? ¿Lo estamos haciendo bien?

Nosotros también estuvimos ahí. Recordamos ese primer invierno como una mezcla de amor profundo y muchas dudas. Todo era nuevo, y aunque teníamos mil consejos encima, igual nos sentíamos inseguros.

Por eso hoy queremos compartirte, desde el corazón, lo que nos hubiese gustado saber cuando empezamos este camino.

 

🧊 El frío no es el enemigo, pero sí merece respeto

En los primeros días nos aterraba que nuestra guagua se enfriara. La abrigábamos tanto que sudaba… y luego nos preocupábamos por eso también.

Lo que no sabíamos era que aprender a leer su cuerpo era más valioso que cualquier lista de consejos.

Aprendimos que:

• Sus manos y pies pueden sentirse fríos, pero lo realmente importante es que su cuello, espalda o pecho estén tibios.

• No era necesario salir como abrigos andantes, sino vestirlo/a en capas livianas y suaves.

• Si nosotros teníamos frío, probablemente él o ella también. Una capa más que la nuestra era suficiente.

• El frío se vuelve manejable cuando aprendes a acompañarlo con calma, no cuando le temes.

 

🌨️ El invierno cambia los ritmos (y eso también es criar)

Las rutinas se ajustan. A veces no dan ganas de salir. Los días son más cortos, y quedarse en casa se vuelve lo habitual.

Antes nos sentíamos culpables si no salíamos al parque, o si veíamos demasiadas caricaturas un día lluvioso.

Pero hoy entendemos que el invierno también invita a otra forma de criar:

más piel con piel, más cuentos, más brazos, más pausa.

Estar adentro también es criar. El apego se construye en esos días lentos, de leche tibia, canciones suaves y siestas compartidas.

 

🧣 Las cosas pequeñas importan más de lo que creés

No imaginábamos cuánto íbamos a agradecer tener un enterito fácil de poner para salir apurados.

O lo importante que sería una mantita suave con su aroma para calmarlo/a.

O cómo un gorrito cómodo podía transformar una salida estresante en un paseo tranquilo.

No se trata de tenerlo todo, sino de elegir con cariño lo justo y necesario.

Cosas pensadas con amor, suavidad y funcionalidad.

Por eso agradecemos haber encontrado marcas que comprenden las necesidades reales de quienes estamos comenzando esta etapa. Que no solo venden ropa, sino que acompañan.

💡 Lo que nos hubiese gustado saber (de verdad)

• Que no hay una fórmula mágica. Y que equivocarse está bien.

• Que tu guagua no necesita perfección, solo tu presencia y tu amor.

• Que todo pasa. Incluso esa noche larga, ese paseo complicado o ese calcetín perdido.

• Que después te vas a reír. Vas a aprender. Y vas a confiar más en ti.

Hoy, cuando miramos hacia atrás, no recordamos tanto las dudas…

Recordamos los abrazos, el olor a leche tibia, su respiración calentita en nuestro pecho.

El primer gorro que le quedaba grande. La primera foto en un día nublado.

Porque el invierno también tiene calor. Ese que se guarda en el corazón.

 

💕 Si este es tu primer invierno con tu guagua…

Abrácense. Lo están haciendo bien.

No necesitan hacerlo todo perfecto. Solo necesitan estar.

Y ya están. Con amor, con esfuerzo, con todo lo que son.

Con cariño,

Unos padres que ya vivieron su primer invierno (y aprendieron a confiar en ellos mismos)

 

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Tu guagua merece sentirse amada, cómoda y calentita este invierno.